Siempre es para mi un placer volver a Francia, un lugar entrañable para mí, pero esta última visita fue una experiencia maravillosa donde tuve la oportunidad de visitar una fábrica y un museo de lavanda. Este viaje no solo me enriqueció, sino que también me permitió aprender más sobre las maravillas de la naturaleza y cómo pueden beneficiar a mis clientes en sus procesos de relajación y mejora de salud.
En mi negocio, estoy comprometida con ofrecer tratamientos que integren lo mejor de la naturaleza. He estado explorando cada vez más productos naturales que ayuden a mis clientes no solo físicamente, sino también emocionalmente. Los aceites esenciales son una parte fundamental de mi enfoque. Utilizo estos aceites en mis masajes para proporcionar una experiencia única que promueve la relajación profunda y el bienestar integral.
Es interesante destacar la diferencia entre la lavandina y la lavanda. La lavandina es un poderoso desinfectante y blanqueador, conocido por su capacidad para eliminar gérmenes y manchas, pero su uso debe ser cauteloso debido a su naturaleza corrosiva. En contraste, la lavanda es una planta aromática apreciada por su fragancia relajante y sus propiedades beneficiosas. El aceite esencial de lavanda se utiliza en aromaterapia por sus efectos calmantes y su capacidad para mejorar el estado emocional.
Este viaje ha sido un paso más en mi camino hacia el crecimiento personal y profesional. Cada día descubro nuevas formas de integrar lo natural en mis servicios, siempre con el objetivo de ayudar a mis clientes a alcanzar un equilibrio físico y emocional.
